Cómo mueren los peces por el plástico

Desechos marinos
Los investigadores calculan que más de un millón de animales mueren cada año tras quedar atrapados o ingerir basura. La causa más común de muerte de animales es la basura plástica, que afecta sobre todo a los animales marinos. Cada año, más de 100.000 delfines, peces, ballenas y tortugas mueren ahogados tras quedar atrapados o ingerir plástico. Este es sólo el recuento verificado de animales afectados; hay muchas más muertes sin registrar.
Los animales marinos no son los únicos afectados por la basura desechada de forma inadecuada. Dependiendo del tipo de basura, las aves pueden morir por ingerir venenos procedentes de alimentos enmohecidos, colillas de cigarrillos y otras sustancias nocivas. El plástico, los globos y los trozos de basura de colores brillantes parecen irresistibles para las aves que buscan comida, pero no pueden digerirlos. Estos objetos permanecen en el tracto digestivo bloqueando el paso del alimento y, finalmente, el ave morirá de hambre.
Los animales pueden resultar heridos por cristales o plásticos rotos aunque no se los traguen. El hilo de pescar u otras cuerdas pueden enredarse en las patas y el cuello de los animales y causarles heridas mortales. Se han encontrado nidos de pájaros construidos en parte con hilo de pescar que había estrangulado a las crías. Los grandes animales salvajes tampoco son inmunes. Se han encontrado con la cabeza metida en cubos, latas y recipientes de plástico desechados.
Acidificación de los océanos
La acumulación de plástico en nuestros océanos y playas se ha convertido en una crisis mundial. Miles de millones de kilos de plástico se encuentran en remolinos convergentes que constituyen alrededor del 40% de la superficie de los océanos del mundo. Al ritmo actual, se prevé que en 2050 los plásticos pesen más que todos los peces del mar.
La contaminación por plásticos tiene un efecto directo y mortal sobre la fauna. Miles de aves y tortugas marinas, focas y otros mamíferos marinos mueren cada año tras ingerir plástico o enredarse en él. Especies en peligro de extinción como la foca monje de Hawai y la tortuga boba del Pacífico figuran entre las casi 700 especies que se alimentan de plásticos y quedan atrapadas en ellos.
Es hora de atajar de raíz esta crisis oceánica. El Centro ha solicitado a la Agencia de Protección del Medio Ambiente que empiece a regular los plásticos como contaminantes y está trabajando para detener la contaminación por plásticos en su origen, antes de que tengan la oportunidad de llegar al océano.
En la primera década de este siglo, hemos fabricado más plástico que todo el plástico de la historia hasta el año 2000. Y cada año, miles de millones de kilos más de plástico acaban en los océanos del mundo. Los estudios estiman que ahora hay entre 15 y 51 billones de trozos de plástico en los océanos del mundo, desde el ecuador hasta los polos, desde las capas de hielo del Ártico hasta el fondo del mar. No hay ni una milla cuadrada de superficie oceánica en ningún lugar del planeta libre de contaminación plástica.
El plástico mata la vida marina
Muchas tortugas que han muerto por consumir desechos tenían bolsas de plástico o sedales en el estómago, algunos tan pequeños como la mitad de una uña. Las tortugas marinas son especialmente susceptibles a los efectos del consumo de desechos marinos debido a la propia estructura de sus cuerpos. Tienen espinas orientadas hacia abajo en la garganta que impiden la posibilidad de regurgitación. Los plásticos quedan atrapados en su estómago, lo que les impide tragar correctamente el alimento. Además, muchas instalaciones de rehabilitación de tortugas marinas suelen tratar con "culos burbuja", tortugas que flotan como resultado de los gases atrapados causados por la descomposición nociva de los desechos marinos en el interior del cuerpo de la tortuga. Los gases hacen que la tortuga flote, lo que la conduce a la inanición o la convierte en un blanco fácil para los depredadores.
Estudio de caso: Ciudades y países de todo el mundo están estudiando o aplicando prohibiciones de las bolsas de plástico. Canadá, Australia, EE.UU. y Europa, por ejemplo, están estudiando prohibiciones u otras medidas para reducir su consumo. En Irlanda, las bolsas de plástico están sujetas a impuestos desde 2002, lo que ha permitido reducir su uso en casi un 90%. Y en enero de 2008, el Consejo de Estado de China prohibió las bolsas de plástico en todo el país. El gabinete ha exigido que todas las tiendas estén libres de bolsas de plástico a partir del 1 de junio. Esta reducción no sólo tendrá un impacto positivo en el medio ambiente, sino que se calcula que ahorrará a China 37 millones de barriles de petróleo*.
Marea negra
Trillones de trozos de plástico apenas visibles flotan en los océanos del mundo, desde las aguas superficiales hasta las profundidades marinas. Estas partículas, conocidas como microplásticos, suelen formarse cuando se descomponen objetos de plástico de mayor tamaño, como bolsas de la compra y envases de alimentos.
A los investigadores les preocupan los microplásticos porque son minúsculos, están ampliamente distribuidos y son fáciles de consumir por la fauna, accidental o intencionadamente. Estudiamos la ciencia marina y el comportamiento animal, y queríamos comprender la magnitud de este problema. En un estudio recién publicado que realizamos con el ecólogo Elliott Hazen, examinamos cómo los peces marinos -incluidas las especies consumidas por los humanos- ingieren partículas sintéticas de todos los tamaños.
En la revisión más amplia sobre este tema que se ha realizado hasta la fecha, descubrimos que, hasta ahora, se sabe que 386 especies de peces marinos han ingerido residuos plásticos, incluidas 210 especies de importancia comercial. Pero los hallazgos de peces que consumen plástico van en aumento. Especulamos que esto podría estar ocurriendo tanto porque los métodos de detección de microplásticos están mejorando como porque la contaminación por plásticos de los océanos sigue aumentando.