Estructura social de la abeja de la miel
Datos sobre las abejas
Los insectos presentan varios niveles de organización social. Muchas especies viven en grupo durante una parte de su vida, pero no todos estos grupos son verdaderamente sociales. Por ejemplo, las abejas de la chimenea, Anthophora abrupta, viven en grupo durante periodos de tiempo, pero no dejan de ser abejas solitarias. Las abejas chimeneas construyen nidos en grandes agregaciones, dando la impresión de que son sociales, pero en realidad cada hembra construye y aprovisiona su propio nido. En cambio, algunos insectos, como las hormigas, viven en sociedades complejas llamadas colonias y dependen de interacciones sociales continuas para sobrevivir. Los miembros de estas especies sociales no pueden sobrevivir como individuos; deben vivir como parte de una colonia.
Tres características definen los niveles de socialidad observados en los insectos. Estas características son 1) división del trabajo reproductivo: la mayoría de los individuos no son reproductivos y se especializan en el crecimiento, mantenimiento y defensa de la colonia, mientras que sólo unos pocos se reproducen; 2) cuidado cooperativo de las crías: los individuos de la colonia cuidan de las crías que no son suyas; y 3) generaciones solapadas: las crías contribuyen al trabajo de la colonia mientras sus progenitores (al menos sus madres) siguen vivos y dentro de la colonia. Las especies que presentan las tres características anteriores son altamente sociales o eusociales. Los insectos eusociales más comunes son las abejas, las avispas, las hormigas y las termitas (Tabla 1).
Hábitat de las abejas
Las abejas de la miel son insectos sociales, lo que significa que viven juntas en grandes grupos familiares bien organizados. Los insectos sociales son insectos muy evolucionados que realizan una serie de tareas complejas que no practican la multitud de insectos solitarios. La comunicación, la compleja construcción de nidos, el control ambiental, la defensa y la división del trabajo son sólo algunos de los comportamientos que las abejas melíferas han desarrollado para existir con éxito en colonias sociales. Estos fascinantes comportamientos hacen de los insectos sociales en general, y de las abejas de la miel en particular, unas de las criaturas más fascinantes de la Tierra.
Una colonia de abejas de la miel suele estar formada por tres tipos de abejas adultas: obreras, zánganos y una reina. Varios miles de obreras cooperan en la construcción de nidos, la recolección de alimentos y la cría de las crías. Cada miembro tiene una tarea definida que realizar, relacionada con su edad adulta. Pero para sobrevivir y reproducirse se necesitan los esfuerzos combinados de toda la colonia. Las abejas individuales (obreras, zánganos y reinas) no pueden sobrevivir sin el apoyo de la colonia.
¿Cuál es la función de una colmena?
Las abejas melíferas han evolucionado a lo largo del tiempo para construir hábilmente celdas hexagonales en forma de panal. ¿Por qué el hexágono es una forma adecuada para almacenar la miel? ¿Podrían funcionar igual de bien otras formas, como círculos, triángulos o cuadrados?
Vamos a investigar esta cuestión haciendo primero algunas observaciones de un panal. Tomaremos una perspectiva macro, o amplia, para poder estudiar el aspecto general del panal. A continuación, nos acercaremos para observar detalles concretos desde una perspectiva micro o de primer plano.
Los científicos utilizan sus observaciones para dar sentido al mundo en que vivimos. Cuando los científicos se topan con un fenómeno y les desconcierta lo que observan, como la forma hexagonal de una célula de panal, a menudo se hacen preguntas e intentan comprender el fenómeno formándose una "afirmación".
Los panales están hechos de cera de abeja, una sustancia creada por las abejas obreras. Cuando la temperatura es la adecuada, las abejas obreras segregan escamas de cera de unas glándulas especiales de su cuerpo. Luego mastican la cera con un poco de miel y polen para producir la cera de abeja. Las celdillas hexagonales sirven como recipientes de almacenamiento de la miel, así como de hogar para criar a las abejas jóvenes.
Comportamiento de las abejas
Las abejas melíferas son verdaderas amigas del jardinero y no son la bestia asesina representada en el cine. Si no fuera por ellas y las demás especies de abejas, la vida vegetal se reduciría principalmente a hierbas y árboles polinizados por el viento, ya que las abejas polinizan la mayoría de las plantas con flores. Su valor para la producción de alimentos es incalculable, ya que polinizan muchos de los cultivos que se producen en todo el mundo.
La abeja autóctona Apis mellifera mellifera es una de las muchas especies de abejas pertenecientes al orden de los insectos himenópteros. Llevan mucho tiempo asociadas al ser humano y las pinturas rupestres muestran la recolección de miel hace 8.000 años. La miel fue el principal edulcorante de los alimentos hasta que se introdujo el azúcar, también la cera derivada proporcionaba las velas para la iluminación. A diferencia de la mayoría de los insectos, las abejas melíferas permanecen activas durante todo el invierno sobreviviendo de la miel, producida a partir del néctar, que han almacenado en verano.
Uno de sus atributos menos favorables es su aguijón, sólo presente en la abeja obrera. Cuando se ven amenazadas, las abejas melíferas salen en enjambre y atacan con sus aguijones para ahuyentar al enemigo, pero en general, al buscar alimento, son bastante inofensivas y sólo pican si quedan atrapadas accidentalmente en la ropa.